Acumulación compulsiva de ropa…¿Un indicativo de Diógenes?
No es extraño llegar a casa de algún amigo o amiga y ver que en su armario no cabe ni una prenda más. Es incluso habitual que algunas piezas aún conserven la etiqueta porque no han sido estrenadas. La acumulación compulsiva de ropa es una tendencia al día, ligada al consumismo y que se ha acrecentado en los últimos años con la moda de los ‘outlets’ (tiendas en las que la ropa de primeras marcas está a un precio muy bajo al tratarse de moda de temporadas pasadas).
La pregunta es ¿es preocupante acumular demasiada ropa? Decenas de pares de zapatos, pantalones, camisetas apiladas sin fin y un abrigo para cada semana del invierno…¿debemos preocuparnos?
Hace unos días os hablábamos aquí del síndrome de acumulación compulsiva. Pese a que su relación directa con el Síndrome de Diógenes no está probada y no por acumular cosas sin sentido estaremos en riesgo cercano de caer en esa enfermedad, sí que conviene mantener una cierta cordura cuando lleguemos a una cantidad masiva.
Debemos plantearnos si realmente necesitamos tanta ropa y complementos, si por ejemplo nuestro trabajo requiere un nivel de vestimenta concreto o acudimos a muchos actos elegantes, o si realmente estamos acumulando una cantidad que nunca llegaremos a estrenar por completo.
La acumulación compulsiva de objetos es un síndrome moderno, no reconocido como trastorno, que está a la orden del día y es habitual en países del primer mundo. Esta tendencia es, a su vez, el principal síntoma, o al menos el más conocido, del Síndrome de Diógenes, pero no significa que por acumular cientos de objetos -ropa en este caso- en nuestra casa estemos cerca de padecerlo o sea un indicativo para el futuro.
Sin embargo, sí que debemos pararnos a pensar con cabeza y coherencia y tratar de comprender si necesitamos o no esa gran cantidad de ropa. Si la respuesta es no, podemos convertir nuestra acumulación compulsiva en una buena acción, y donar esa ropa a los más necesitados.
Por otro lado, si a esa acumulación masiva se une la cerrazón y la negativa a deshacernos de la ropa pese a que en el fondo somos conscientes de que no la necesitamos, estaremos realmente ante el síndrome de acumulación compulsiva y no sólo ante una tendencia al consumismo.
En ese caso, podemos solicitar la ayuda de un profesional para que nos reconduzca y evite que, lo que a priori es una acumulación inocente, pueda llegar a convertirse en algo más grave.
No se trata de tener apenas ropa para cubrir la semana, en todo hay un término medio. Ahora cuenta la cantidad de ropa de tu armario…¿te preocupa? 🙂
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