Compradores compulsivos

Las compras compulsivas es uno de los principales factores que lleva a una persona a desarrollar Síndrome de Diógenes. A continuación, te contamos un poco sobre el tema.

Compradores compulsivos

Maniáticos de las compras

  • El estilo de vida moderno hace que sea fácil para cualquiera convertirse en un comprador compulsivo. Las compras pueden ser terapéuticas, lo que puede hacer que algunos compren cosas que realmente no necesitan, ya sea para escapar de la depresión o simplemente para disfrutar de tener algo nuevo.
  • Comprar cosas nuevas puede ser divertido, pero cuando las compras comienzan a acumular desorden y se apoderan de la casa, puede ser problemático, y se convierte en un hábito costoso y difícil de superar.

    En algunos casos, las personas se desvían de sus problemas a través de las compras para escapar de la realidad. Los hallazgos científicos han demostrado que existe una similitud entre las compras y las adicciones a las drogas, de ahí el término “terapia de compras”.
  • Algunos con la condición compran los artículos que suponen que usarán algún día, hacen compras únicamente porque son baratos, e incluso obtienen cosas esperando una ocasión para darlas como regalos.
Compradores compulsivos

De forma similar a los que padecen de Síndrome de Diógenes, los artículos de compradores compulsivos comienzan a acumularse y a amontonarse consumiendo su hogar y su vida. Las compras compulsivas no siempre se realizan en artículos que son baratos, gratuitos o guardados para un uso posterior. Hay quienes tienen la tendencia de comprar en exceso ropa cara, zapatos, joyas y artículos de marca de diseñador.

Otros tienden a comprar el mismo artículo en todos los colores, o incluso dos veces, pero finalmente lo apilan con el resto de los elementos que compran. Se acumulan tanto la deuda como montones de artículos, y la limpieza o la organización se vuelve casi imposible. En la mente del comprador compulsivo, cada una de sus posesiones servirá para un propósito cuando, de manera realista, han quedado intactas y acumuladas durante años.

Volverse un comprador compulsivo puede causar otro tipo de enfermedades mentales, como la ansiedad, el aislamiento social, la depresión y en el peor de los casos el Síndrome de Diógenes. Existen diferentes métodos de tratamiento, pero solo son posibles si la persona lo desea, que no siempre es el caso. Los compradores compulsivos pierden el sentido de racionalidad al pensar que comprar sin parar evitará que se sientan vacíos y solos.

Este trastorno puede llevar a las personas incluso a una bancarrota total y a evitar que gasten su dinero en cosas realmente necesarias, como la comida o los artículos de cuidado personal, poniendo en riesgo también su salud física. Y es que un comprador compulsivo corre el riesgo de acaparamiento y trastorno de acumulación, el primo hermano del Síndrome de Diógenes.

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